TEGUCIGALPA, HONDURAS
La migración debe ser un tema prioritario en las agendas de los Estados, organismos internacionales y la sociedad civil, según el Consejo de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos de Centroamérica y República Dominicana (CINDH).
A través de un comunicado, divulgado en Tegucigalpa, el CINDH exhortó a los Estados de origen, tránsito y destino a reconocer la vulnerabilidad específica de las personas migrantes y a implementar políticas de prevención que garanticen el respeto de sus derechos.
“La migración debe ser un derecho, no una obligación impuesta por la pobreza, la violencia, el desempleo, la inseguridad o la exclusión social”, señala en el documento.
Además, califica como algo “fundamental” que los Estados reconozcan y aborden el fenómeno del desplazamiento forzado interno y que trabajen para solucionar las causas estructurales que obligan a las personas a migrar como, la pobreza, la violencia, la falta de oportunidades, y garantizar condiciones que permitan a las personas optar por quedarse en sus lugares de origen si así lo desean.
Establece que las personas migrantes no son solo cifras, son madres, padres, hermanos, hermanas, hijas e hijos que merecen vivir con dignidad, libres de discriminación y con pleno respeto a sus derechos humanos, sin importar dónde se encuentren.
El CINDH reafirmó su compromiso con la protección y promoción de los derechos humanos de las personas migrantes, reconociéndolas como sujetos de derechos que contribuyen significativamente al desarrollo, la economía, la cultura y la ciencia en los países de destino.
“La migración es un fenómeno complejo que refleja esperanza, sacrificio y resiliencia. Es el rostro de quienes buscan un futuro mejor para sus familias y representa un motor económico esencial a través de las remesas que sostienen a millones de hogares en sus países de origen”.
Sin embargo, señaló que, este fenómeno también expone a las personas en contexto de movilidad humana a realidades alarmantes, como desapariciones, violencia, discapacidad permanente y explotación a manos de redes criminales.
Urgen articular respuestas regionales integrales para proteger a los más vulnerables
Añade que, el desafío es inmenso, si se toma en cuenta que, en octubre de 2024, se reportó que más de 828,000 personas ingresaron de manera irregular a México, provenientes principalmente de Venezuela, Ecuador, Honduras y Guatemala.
De este total, aproximadamente 97,000 eran niñas y niños, cifras que reflejan la magnitud del fenómeno migratorio y la urgente necesidad de articular respuestas regionales integrales que prioricen la protección de los más vulnerables.
“Es imprescindible que las instituciones de derechos humanos trabajen conjuntamente para fortalecer la protección de las personas migrantes, desplazados internos y refugiados”.
Especial atención merecen, según el CINDH, las niñas, niños, adolescentes no acompañados, mujeres, comunidades indígenas, personas de la diversidad sexual, personas con discapacidad y adultos mayores.
Cada uno de ellos enfrenta barreras particulares que exigen un enfoque diferenciado y comprometido por parte de los Estados, indicaron en el comunicado.
El CINDH es una entidad regional comprometida con la promoción y protección de los derechos humanos en Centroamérica y República Dominicana. Actúa de manera independiente y busca fortalecer la observancia de los derechos fundamentales en la región.
TEGUCIGALPA, HONDURAS La migración debe ser un tema prioritario en las agendas de los Estados, organismos internacionales y la sociedad civil, según el Consejo de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos de Centroamérica y República Dominicana (CINDH). A través de un comunicado, divulgado en Tegucigalpa, el CINDH exhortó a los Estados de origen, tránsito y destino
TEGUCIGALPA, HONDURAS
La migración debe ser un tema prioritario en las agendas de los Estados, organismos internacionales y la sociedad civil, según el Consejo de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos de Centroamérica y República Dominicana (CINDH).
A través de un comunicado, divulgado en Tegucigalpa, el CINDH exhortó a los Estados de origen, tránsito y destino a reconocer la vulnerabilidad específica de las personas migrantes y a implementar políticas de prevención que garanticen el respeto de sus derechos.
“La migración debe ser un derecho, no una obligación impuesta por la pobreza, la violencia, el desempleo, la inseguridad o la exclusión social”, señala en el documento.
Además, califica como algo “fundamental” que los Estados reconozcan y aborden el fenómeno del desplazamiento forzado interno y que trabajen para solucionar las causas estructurales que obligan a las personas a migrar como, la pobreza, la violencia, la falta de oportunidades, y garantizar condiciones que permitan a las personas optar por quedarse en sus lugares de origen si así lo desean.
Establece que las personas migrantes no son solo cifras, son madres, padres, hermanos, hermanas, hijas e hijos que merecen vivir con dignidad, libres de discriminación y con pleno respeto a sus derechos humanos, sin importar dónde se encuentren.
El CINDH reafirmó su compromiso con la protección y promoción de los derechos humanos de las personas migrantes, reconociéndolas como sujetos de derechos que contribuyen significativamente al desarrollo, la economía, la cultura y la ciencia en los países de destino.
“La migración es un fenómeno complejo que refleja esperanza, sacrificio y resiliencia. Es el rostro de quienes buscan un futuro mejor para sus familias y representa un motor económico esencial a través de las remesas que sostienen a millones de hogares en sus países de origen”.
Sin embargo, señaló que, este fenómeno también expone a las personas en contexto de movilidad humana a realidades alarmantes, como desapariciones, violencia, discapacidad permanente y explotación a manos de redes criminales.
Urgen articular respuestas regionales integrales para proteger a los más vulnerables
Añade que, el desafío es inmenso, si se toma en cuenta que, en octubre de 2024, se reportó que más de 828,000 personas ingresaron de manera irregular a México, provenientes principalmente de Venezuela, Ecuador, Honduras y Guatemala.
De este total, aproximadamente 97,000 eran niñas y niños, cifras que reflejan la magnitud del fenómeno migratorio y la urgente necesidad de articular respuestas regionales integrales que prioricen la protección de los más vulnerables.
“Es imprescindible que las instituciones de derechos humanos trabajen conjuntamente para fortalecer la protección de las personas migrantes, desplazados internos y refugiados”.
Especial atención merecen, según el CINDH, las niñas, niños, adolescentes no acompañados, mujeres, comunidades indígenas, personas de la diversidad sexual, personas con discapacidad y adultos mayores.
Cada uno de ellos enfrenta barreras particulares que exigen un enfoque diferenciado y comprometido por parte de los Estados, indicaron en el comunicado.
El CINDH es una entidad regional comprometida con la promoción y protección de los derechos humanos en Centroamérica y República Dominicana. Actúa de manera independiente y busca fortalecer la observancia de los derechos fundamentales en la región.
Nacionales – STN HONDURAS