Los accidentes cerebrovasculares (ACV) son la quinta causa de muerte en Estados Unidos y una de las principales causas de discapacidad. Según la American Stroke Association, su impacto es alarmante, y aunque muchos de los factores de riesgo no se notan hasta que es demasiado tarde, hay medidas preventivas clave.
Sorprendentemente, se estima que el 80% de los ACV podrían evitarse con cambios en el estilo de vida, como el ejercicio y una dieta saludable, según indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EUU. Sin embargo, muchos de estos factores de riesgo son invisibles o silenciosos, como la hipertensión y el colesterol alto, lo que los convierte en amenazas difíciles de detectar.
1. Sedentarismo
Uno de los factores más simples que contribuye al riesgo de ACV es tener un estilo de vida sedentario. Arthur Wang, director de la neurocirugía endovascular en la Escuela de Medicina de la Universidad de Tulane, destacó al medio norteamericano que la falta de actividad física regular puede desencadenar problemas graves, como la acumulación de placa en las arterias. El sedentarismo se refiere a pasar demasiado tiempo sentado o acostado, con poca o ninguna actividad física.
El ejercicio regular, incluso en forma de caminatas, carreras, paseos en bicicleta o clases de grupo, mantiene los vasos sanguíneos libres de obstrucciones, lo que reduce las posibilidades de un ACV. Wang recomienda que los adultos realicen al menos 30 minutos de ejercicio moderado, cinco veces por semana, para contrarrestar este riesgo.
2. Hipertensión: el mayor enemigo silencioso
La hipertensión (presión arterial alta) es uno de los mayores factores de riesgo para los ACV. Según el doctor Kim, este es el factor más relevante cuando se trata de prevenir un accidente cerebrovascular. De hecho, señala que si se pudiera eliminar la hipertensión de la población estadounidense, los ACV se reducirían en un 60%. A menudo denominada “el asesino silencioso”, la hipertensión no presenta síntomas evidentes, lo que hace aún más importante que las personas se sometan a chequeos regulares para monitorear su presión arterial.
El tratamiento adecuado de la hipertensión puede marcar la diferencia entre un futuro libre de complicaciones y uno con mayores riesgos. Además, muchas de las recomendaciones para llevar un estilo de vida saludable también ayudan a controlar la presión arterial, lo que a su vez disminuye el riesgo de ACV y enfermedades cardíacas.
3. Chequeos regulares
El doctor Wang también subraya que muchas de las condiciones que aumentan el riesgo de ACV no presentan síntomas inmediatos. El colesterol alto, la presión arterial elevada o problemas de azúcar en la sangre pueden estar presentes sin que una persona lo sepa. Por eso, es fundamental someterse a exámenes médicos rutinarios. Estos chequeos permiten a los médicos identificar riesgos ocultos y tratar problemas antes de que se conviertan en situaciones graves.
Asimismo, Wang señala que otros factores no modificables, como el género (las mujeres tienen mayor propensión a sufrir un ACV) y la raza (el riesgo es mayor en personas negras), también deben ser evaluados. Tener antecedentes familiares de ACV o haber sufrido uno previamente también aumenta significativamente el riesgo.
4. Fumar: un hábito destructivo para el cerebro
Los doctores Kim y Wang coinciden en que fumar es uno de los hábitos más perjudiciales para la salud cerebral. El tabaco estrecha los vasos sanguíneos, lo que interrumpe el flujo sanguíneo normal hacia el cerebro y aumenta el riesgo de sufrir un ACV. Además, fumar está vinculado a otras enfermedades graves, como las cardíacas.
5. Consumo excesivo de alcohol
Kim también menciona que el consumo excesivo de alcohol está vinculado a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y ACV. Según las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se considera que las mujeres que consumen más de cuatro bebidas en una sola sesión o los hombres que superan las cinco están bebiendo de forma excesiva. El consumo semanal también debe mantenerse dentro de ciertos límites: no más de ocho bebidas para las mujeres y 15 para los hombres.
6. La dieta: un factor crucial en la prevención
Una dieta rica en grasas saturadas, azúcar y sal es otro factor que aumenta el riesgo de ACV. La relación entre el consumo elevado de sal y la hipertensión ha sido ampliamente documentada, lo que a su vez incrementa el riesgo de un accidente cerebrovascular. El doctor Kim recomienda seguir un plan dietético basado en alimentos frescos y naturales, como frutas, verduras y una cantidad moderada de carnes, inspirándose en las recomendaciones del autor Michael Pollan: “Come comida, mayormente plantas, no demasiada”.
Reducir el consumo de alimentos procesados y ricos en grasas trans y azúcares refinados puede ser clave para controlar los niveles de colesterol y la presión arterial, y así reducir el riesgo de sufrir un ACV.
7. Ignorar los síntomas del ACV: cada minuto cuenta
Finalmente, uno de los errores más graves es ignorar los síntomas de un ACV. Los tratamientos disponibles son más efectivos si se administran rápidamente, por lo que es crucial reconocer los primeros signos. La American Stroke Association recomienda memorizar el acrónimo FAST, en inglés: “Facial drooping, Arm weakness, Speech difficulty and Time to call 9-1-1″ (Caída facial, debilidad en los brazos, dificultad para hablar y tiempo para llamar al 9-1-1). Reconocer estos síntomas y actuar con rapidez puede salvar vidas.
El tratamiento precoz puede reducir significativamente el daño cerebral y las secuelas a largo plazo, lo que resalta la importancia de una respuesta rápida en situaciones de emergencia.
Con información de Infobae.
¡DIOS BENDIGA A HONDURAS!
La entrada 7 hábitos que aumentan el riesgo de sufrir un ACV se publicó primero en Diario QuienOpina.Com | Noticias de Honduras.
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Los accidentes cerebrovasculares (ACV) son la quinta causa de muerte en Estados Unidos y una de las principales causas de discapacidad. Según la American Stroke Association, su impacto es alarmante, y aunque muchos de los factores de riesgo no se notan hasta que es demasiado tarde, hay medidas preventivas clave.
Sorprendentemente, se estima que el 80% de los ACV podrían evitarse con cambios en el estilo de vida, como el ejercicio y una dieta saludable, según indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EUU. Sin embargo, muchos de estos factores de riesgo son invisibles o silenciosos, como la hipertensión y el colesterol alto, lo que los convierte en amenazas difíciles de detectar.
1. Sedentarismo
Uno de los factores más simples que contribuye al riesgo de ACV es tener un estilo de vida sedentario. Arthur Wang, director de la neurocirugía endovascular en la Escuela de Medicina de la Universidad de Tulane, destacó al medio norteamericano que la falta de actividad física regular puede desencadenar problemas graves, como la acumulación de placa en las arterias. El sedentarismo se refiere a pasar demasiado tiempo sentado o acostado, con poca o ninguna actividad física.
El ejercicio regular, incluso en forma de caminatas, carreras, paseos en bicicleta o clases de grupo, mantiene los vasos sanguíneos libres de obstrucciones, lo que reduce las posibilidades de un ACV. Wang recomienda que los adultos realicen al menos 30 minutos de ejercicio moderado, cinco veces por semana, para contrarrestar este riesgo.
2. Hipertensión: el mayor enemigo silencioso
La hipertensión (presión arterial alta) es uno de los mayores factores de riesgo para los ACV. Según el doctor Kim, este es el factor más relevante cuando se trata de prevenir un accidente cerebrovascular. De hecho, señala que si se pudiera eliminar la hipertensión de la población estadounidense, los ACV se reducirían en un 60%. A menudo denominada “el asesino silencioso”, la hipertensión no presenta síntomas evidentes, lo que hace aún más importante que las personas se sometan a chequeos regulares para monitorear su presión arterial.
El tratamiento adecuado de la hipertensión puede marcar la diferencia entre un futuro libre de complicaciones y uno con mayores riesgos. Además, muchas de las recomendaciones para llevar un estilo de vida saludable también ayudan a controlar la presión arterial, lo que a su vez disminuye el riesgo de ACV y enfermedades cardíacas.
3. Chequeos regulares
El doctor Wang también subraya que muchas de las condiciones que aumentan el riesgo de ACV no presentan síntomas inmediatos. El colesterol alto, la presión arterial elevada o problemas de azúcar en la sangre pueden estar presentes sin que una persona lo sepa. Por eso, es fundamental someterse a exámenes médicos rutinarios. Estos chequeos permiten a los médicos identificar riesgos ocultos y tratar problemas antes de que se conviertan en situaciones graves.
Asimismo, Wang señala que otros factores no modificables, como el género (las mujeres tienen mayor propensión a sufrir un ACV) y la raza (el riesgo es mayor en personas negras), también deben ser evaluados. Tener antecedentes familiares de ACV o haber sufrido uno previamente también aumenta significativamente el riesgo.
4. Fumar: un hábito destructivo para el cerebro
Los doctores Kim y Wang coinciden en que fumar es uno de los hábitos más perjudiciales para la salud cerebral. El tabaco estrecha los vasos sanguíneos, lo que interrumpe el flujo sanguíneo normal hacia el cerebro y aumenta el riesgo de sufrir un ACV. Además, fumar está vinculado a otras enfermedades graves, como las cardíacas.
5. Consumo excesivo de alcohol
Kim también menciona que el consumo excesivo de alcohol está vinculado a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y ACV. Según las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se considera que las mujeres que consumen más de cuatro bebidas en una sola sesión o los hombres que superan las cinco están bebiendo de forma excesiva. El consumo semanal también debe mantenerse dentro de ciertos límites: no más de ocho bebidas para las mujeres y 15 para los hombres.
6. La dieta: un factor crucial en la prevención
Una dieta rica en grasas saturadas, azúcar y sal es otro factor que aumenta el riesgo de ACV. La relación entre el consumo elevado de sal y la hipertensión ha sido ampliamente documentada, lo que a su vez incrementa el riesgo de un accidente cerebrovascular. El doctor Kim recomienda seguir un plan dietético basado en alimentos frescos y naturales, como frutas, verduras y una cantidad moderada de carnes, inspirándose en las recomendaciones del autor Michael Pollan: “Come comida, mayormente plantas, no demasiada”.
Reducir el consumo de alimentos procesados y ricos en grasas trans y azúcares refinados puede ser clave para controlar los niveles de colesterol y la presión arterial, y así reducir el riesgo de sufrir un ACV.
7. Ignorar los síntomas del ACV: cada minuto cuenta
Finalmente, uno de los errores más graves es ignorar los síntomas de un ACV. Los tratamientos disponibles son más efectivos si se administran rápidamente, por lo que es crucial reconocer los primeros signos. La American Stroke Association recomienda memorizar el acrónimo FAST, en inglés: “Facial drooping, Arm weakness, Speech difficulty and Time to call 9-1-1″ (Caída facial, debilidad en los brazos, dificultad para hablar y tiempo para llamar al 9-1-1). Reconocer estos síntomas y actuar con rapidez puede salvar vidas.
El tratamiento precoz puede reducir significativamente el daño cerebral y las secuelas a largo plazo, lo que resalta la importancia de una respuesta rápida en situaciones de emergencia.
Con información de Infobae.
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